Hace poco celebramos el D?a de la Madre. Y como mujeres, las madres tienen mucho por celebrar, aunque tambi?n mucho por lo que seguir luchando en nuestra sociedad. Se suceden marchas, reuniones y conferencias que cada vez m?s empiezan a marcar una nueva posici?n femenina y a reclamar m?s derechos para poder ser madres y profesionales al mismo tiempo.
En su libro Econom?a Feminista, Mercedes D?Alessandro plantea la inc?gnita de por qu? la mujer no puede tenerlo todo, y habla de algunos de los obst?culos que enfrentan las mujeres profesionales a la hora de ser madres. Entre ellos, dice Mercedes ?la rigidez en las estructuras laborales y sus demandas hace que sea inviable mantener el ?xito en la casa y en el trabajo?. Y ni hablar de las presiones sociales y culturales que incitan a las madres a ocuparse en primer lugar de la casa y de los ni?os antes que de sus trabajos (al contrario sucede con los padres, quienes se ven obligados por los roles de g?nero a priorizar trabajo sobre familia de manera totalmente naturalizada). Muchas empresas han empezado a notar estas dificultades, y ofrecen a las madres horarios flexibles, guarder?as, espacios para lactancia, transiciones para volver a trabajar en etapas, licencias para los padres y trabajo remoto, entre otras facilidades.
Claro que no siempre es simple para las empresas (tambi?n sumergidas en nuestra cultura y sociedad) tomar las decisiones correctas. Por eso nos encontramos con casos como el de Facebook, que quiso brindar un ?beneficio? a sus empleadas ofreciendo la posibilidad de postergar la maternidad mediante el congelamiento de ?vulos. ?Por qu? sucede esto? Porque no existe un an?lisis de fondo que justifique al beneficio, porque (probablemente) la idea surgi? de un individuo o de un grupo reducido, y no se debati? como correspond?a. La soluci?n no radica simplemente en enumerar beneficios y otorgarlos, sino en trabajar desde un cambio en la cultura de cada empresa, que modifique los estereotipos y los roles de g?nero. Luego, los beneficios necesarios para impulsar estos cambios surgir?n de manera natural.
?Qu? podemos hacer?
- Mirar para afuera
Muchas de las grandes soluciones han surgido por prestar atenci?n a lo que otros hacen. En los pa?ses n?rdicos, no solamente tienen incorporado un cupo femenino en el congreso y en las empresas, sino que brindan licencias compartidas para todo el grupo familiar (que hoy en d?a puede estar compuesto por madre y padre, o padre y padre, o madre y madre). En Francia, el estado se ocupa de proveer ni?eras para que los padres o madres puedan retornar a sus tareas productivas y compatibilizarlas con las reproductivas, sin perjuicio para ninguna de las dos partes de la pareja.? - Salir de la caja
Las empresas no son las ?nicas responsables en pensar soluciones y brindar beneficios a las madres, sino que existen cuestiones de base que deben ser impulsadas y cuidadas por el estado. Las transformaciones en los roles de g?nero, en el mercado laboral, en los conflictos nuevos con los que se encuentran las familias actuales, necesitan un marco de contenci?n y de intercambio, necesitan gobiernos que fomenten los cambios en las reglas del juego, que luchen junto a la mujer moderna. - El primer desaf?o es entender
Antes de accionar, lo primero que tenemos que hacer es entender. Investigar, debatir, poner en duda con honestidad y romper nuestros propios paradigmas, son algunos de los puntos de partida para llevar adelante este gran cambio, que ya comenz?.